Los mejores libros para niños I - Los ojos del dragón

Hay algo que empieza a fallar en nosotros a medida que crecemos.

No sólo pasamos por la triste instancia de hacernos adultos, sino que además nos ponemos mojigatos. Pacatos. Asustadizos. Nos olvidamos de lo que es ser un niño, y creemos que debemos guardar en una caja de cristal a los que aún lo son.

Elsa Bornemann, por ejemplo, era uno de esos raros adultos que no tratan a los niños como si fueran estúpidos. En sus cuentos establecía diálogos con sus pequeños lectores, y les hacía saber que sus problemas eran tan importantes como los de cualquier persona mayor, por más que otros insistieran en el típico "son cosas de chicos, ya se les va a pasar".
Tristemente, todos los días veo gente que hace exactamente lo contrario: les hablan a los chicos como si tuvieran alguna dificultad de comprensión y bajan el nivel de tal forma que provocan que los niños se aburran y dejen de prestar atención. O pretenden censurar todo lo que consideran ofensivo para su sensibilidad infantil: muerte, violencia, sangre, drama. Es decir, todo lo divertido.

Déjenme contarles un secreto: a los niños esas cosas no los afectan tanto como creen sus responsables, edulcorados y mediocres padres. Cuando ahora, a mis veintipico, vuelvo a ver películas o dibujos animados que vi en mi infancia, me escandalizo mucho más que antes. A los diez años no me ponía tan triste o shockeada cuando un personaje moría. Me interesaba la historia, la aventura. No me detenía a pensar en las posibles consecuencias de esa muerte. No me afectaba más o menos que cualquier otro suceso.

Durante toda mi vida adulta (que no es tanta) he luchado con uñas y dientes para conservar el poco espíritu infantil que me queda. Gracias a los libros, supe desde siempre que algún día esa frescura, esa imaginación, se irían para siempre, y por eso me preparé mentalmente para no dejarme convencer de esa tontería de "madurar" de la que todos hablan. Pero bueno, me estoy desviando del tema. En realidad, quería hablarles de los que son, para mí, algunos de los mejores libros para niños.

Los voy a presentar sin un orden específico, ya que no quiero otorgarles un puntaje. Pero eso sí, tengan en cuenta que mi concepto de "libros para niños" puede no ser el convencional.
El primer libro del que quiero hablarles es Los ojos del dragón, de Stephen King (el link los llevará a una página en inglés, Goodreads. Hasta ahora he tratado de dejar vínculos que lleven a páginas con reseñas en español, pero lamentablemente no hay tantas como las hay en inglés, asi que...sorry).



Como he mencionado anteriormente, mi relación con King es de larga data. La primera vez que intenté leerlo tenía unos ocho años. Teníamos un libro, Pesadillas y Alucinaciones, que me llamaba mucho la atención. Le pedí a mi mamá que me dejara leerlo, pero no me dejó, diciendo que tenían cosa que no eran apropiadas para mi edad. Por algún motivo que no recuerdo, no la desobedecí y lo leí a escondidas (quizás era una niña dócil, quizás era medio pelotuda).

Cuando tenía diez u once, finalmente me lo dejó leer: hizo unas marquitas con lápiz en el índice, junto a los títulos de los cuentos, separándolos en tres categorías: los que podía leer, los que no podía leer, y aquellos de los que no estaba segura. Y yo...las respeté. ¿Pueden creerlo? ¡Respeté las indicaciones de mi madre! Voy a corregir mi reflexión anterior: sin lugar a dudas, era una pelotuda. Años más tarde, mi mamá me dijo que creía que yo me iba a cagar en sus sugerencias y que los iba a leer igual. '¿Por qué hiciste esas marcas, entonces?' le pregunté. Ella se encogió de hombros. (Hasta el día de hoy, no he leído varios de esos cuentos.)

Pero volvamos a Los ojos del dragón. Me lo regaló mi nonna (la mamá de mi mamá) a los ocho años. Claramente no sabía de que se trataba, sino jamás me lo hubiera dado. Recuerdo haber intentado leerlo varias veces, sólo para terminar abandonando a las pocas páginas. Recién a los doce o trece, ya grande, pude leerlo y comprenderlo. Así se convirtió en mi libro favorito de King. No digo que sea el mejor (probablemente ese puesto lo tenga It) pero es una cuestión de gustos.

King escribió Los ojos del dragón para su hija, Naomi. Naomi nació con una extraña condición: un déficit crónico de la hormona adrenalina, que, entre otras cosas, hace que el terror sea una emoción difícil de acceder para ella.

Oh, ironías de la vida.

El caso es que King quiso escribir un libro que pudiera disfrutar, sabiendo que a Naomi no le interesaban sus vampiros ni sus monstruos, y le preguntó cosas le gustaban. 'Los dragones' contestó ella, y así surgió esta novela, una versión stephenkingiana de los cuentos de hadas. A continuación, algunos spoilers.

Los ojos del dragón se sitúa en el reino de Delain , y cuenta la historia de dos hermanos, Thomas y Peter. Mientras que Peter es el príncipe heredero (atractivo, amable, inteligente, valiente, honesto), Thomas es el segundón, gordito, torpe, no muy listo, siempre triste y enojado con su hermano por ser el favorito.

El antagonista, Flagg (un terrible villano que también aparece en otras novelas de King, como la saga de La torre oscura y Apocalipsis) es en esta ocasión el mago de la corte. Aunque nadie lo sabe, hace más de quinientos años que anda dando vueltas por el reino, siempre bajo distintos nombres y personalidades. En los últimos setenta años, Flagg asume el poder como consejero del rey, y maneja todo a su gusto desde las sombras.

Es en su cuarto período como consejero que decide tomar medidas drásticas: manda a matar a la reina porque era menos manejable de lo que pensaba, envenena al rey y convence a Thomas de asumir el poder del trono, haciendo que Peter sea encarcelado por el asesinato de su padre. Como Thomas es un boludo y un resentido, agarra viaje con la propuesta, y el pobre Peter queda relegado a un calabozo en una torre solitaria.

Como ya pasó bastante tiempo desde la última vez que lo leí no puedo entrar en detalles puntuales, pero básicamente podría describirse como la clásica pelea entre el bien y el mal, con tópicos como la redención, los lazos familiares, la lealtad y el honor. Obviamente, al ser una historia de King, contiene algunos detalles morbosos (la vida sexual del rey, el asesinato de un perro [¿qué tienes, mi querido Esteban Rey, contra las mascotas? ¿por qué siempre matas una o dos por libro?], el vaciamiento de un ojo, los repugnantes modales de la corte y un par de cosillas más) por lo cual lo recomendaría para niños a partir de los doce años, edad en la que ya son lo bastante grandecitos como para bancarse esas cosas.

ATENCIÓN: No creo que la edad sea un impedimento para leer, y las sugerencias que hago están basadas en mi experiencia personal. No es un regla estricta, quizás haya quien lo lea a los once o a los diez y lo disfrute igual.

En cualquier caso, es un libro que ocupa un lugar especial en mi corazón. ¡Anímese, señora! ¡Cómprele este libro a su hijo! Le aseguro que no le interesa leer sobre niños buenos que siempre se portan bien y dicen la verdad. Quiere sangre, sudor y lágrimas. Acá los va a encontrar, se lo garantizo.

Comentarios

  1. Tengo pensado a quien se lo quiero regalar :) además que me dan ganas de leerlo

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