Reseña de Mr. Mercedes

Uno de los últimos libros que leí en el 2014 fue Mr. Mercedes, de Stephen King. Lo compré en Restaurant de la Mente, una página que se especializa en libros/cómics/merchandising de Stephen King y su hijo, Joe Hill. Siempre tienen cosas copadas. Además, organizaron varias exhibiciones de cortos basados en cuentos de King, lo cual, supongo que no hace falta que lo diga, es súper.

Mi madre y yo somos grandes lectoras de King, sobre todo ella. Es el prototipo de "Lector Constante" al que alude el autor en muchas de sus obras. Tenemos todos los libros que ha editado en castellano, prolijamente ordenados en tres estantes que contienen su obra, la de su mujer, su hijo y su amigo Peter Straub. Son estantes King-friendly.

Bien, la cuestión es que cuando anunciaron que saldría un nueva novela de King, una novela policial, nada menos, las dos fangirleamos como locas (no sé si mi mamá sabe lo que significa fangirlear, pero sin dudas sabe cómo hacerlo). Pero cuando finalmente pude leerla, me sentí un poco decepcionada. (A continuación, spoilers).




El libro comienza con un grupo de desempleados haciendo fila durante una fría madrugada para conseguir un empleo. Una mujer joven con un bebé, Janice y un hombre, Augie, son los protagonistas de este breve segmento del relato que nos muestra el primer crimen de nuestro asesino: Brady Hartfield. Janice y Augie son buena gente, le provocan empatía al lector, e inmediatamente después son aplastados por un Mercedes Benz que va a toda velocidad. Ese auto ha sido robado a una señora bastante antipática, Olivia Trelawney, que se suicida poco tiempo después al creer, equivocadamente, que tiene la culpa de que toda esa gente muriera ya que "supuestamente" se olvidó la llave puesta en el auto y permitió que el psicópata local lo robara. Luego de su muerte, su prima Janey hereda su fortuna y comienza a relacionarse con el hombre que investiga el caso.

El 'bueno' es el policía retirado Bill Hodges, un sesentón con sobrepeso e ideas suicidas que recibe una carta del Asesino del Mercedes, el criminal que no pudo atrapar antes de jubilarse. Hodges comienza a comunicarse con él mediante mediante una página web llamada "Bajo el paraguas azul de Debbie" (sugerida por el asesino) que garantiza el anonimato de sus usuarios.




Hodges rechaza en seguida la idea de comunicarselo a la policía, razonando que tiene más posibilidades de encontrarlo por su cuenta si finge no estar interesado en el caso. Esto puede parecer razonable en un primer momento (quizás el asesino cometa un error en su intento por saberse superior a Hodges). Sin embargo, cuando la trama se va complican, esto se va confirmarndo como un error. Si Hodges hubiera tenido un rencor personal contra Brady (i.e., si hubiera matado a su mujer o a su hija; si hubiera sido el causante de su jubilación) esto hubiera sido entendible, pero King nos lo presenta como un hombre lógico y racional, por lo cual no se explica cómo no le cuenta todo a la policía, sobre todo después de que Brady vuelve a matar (Bye bye, Janey).

Los ayudantes del policía son Jerome, su cordial y adolescente vecino NEGRO (es algo que se repite mucho en la historia, reforzado por el irónico (¿?) acento de esclavo que usa frecuentemente) (no es gracioso nene, cortala), y Holly, la prima loca de Olivia y Jane, una cuarentona nerviosa que vive con sus padres y se empastilla de más. Es una suerte que Jerome y Holly sepan mucho de computadoras, porque Hodges no tiene idea de cómo funcionan (esto también se repite bastante, es casi un analfabeto de la tecnología).


Brady, a.k.a El Loquito, es un personaje que no termina de definirse. La primera carta que le manda al 'héroe' me hizo pensar que sería el tipo de criminal frío y calculador que no deja cabos sueltos, pero luego el narrador nos hace saber que en realidad Brady se toma la molestia de inventarse una personalidad para cada carta que escribe, disminuyendo las posibilidades de que la policía lo encuentre. Bien, chico listo, pensé. Pero después comienza a oscilar entre la estupidez y la locura, la genialidad y la tozudes. Termina pareciendo más un niño malcriado que un asesino serial digno de respeto. Cae en excesos de dramatismo (las palabras claves para encender sus computadoras y detener el proceso de auto-destrucción son "Caos" y"Oscuridad"), en  ridículos ataques de rabia (el fallido intento de envenenar al perro de Jerome) y en general es muy berrinchudo.
  
Hacia el final del libro, Brady planea poner una bomba (y así despedirse a lo grande) en un recital onda One Direction, donde van a estar todas las niñas de la ciudad. El trío de la justicia sabe que está planeando algo groso, pero AÚN ASÍ NADIE LE DICE NADA A LA POLICÍA...because of reasons. Afortunadamente llegan a tiempo y Holly le machaca la cabeza a Brady antes de que active la bomba, dejándolo en coma. 

Coma del cual despierta en el final, lo cual tiene sentido una vez que nos enteramos de que esta será una trilogía, así que lo más probable es que el loquillo se escape y vuelva a la carga con sus planes malévolos y sus caprichos. En resumen, la novela deja bastante que desear. Los personajes son bastante unidimensionales y no están bien aprovechados. Si hubiera sido una novela random podría decir que es regular, pero es de King y esperaba más de él, asi que mi calificación es de dos Alicitas sobre seis: malo, malo, maaaaaaaaaaaalo.


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