Reseña de La parte ausente

Ayer vi una película muy linda. Pero no voy a hablar de ella ahora. Hoy vi una película tan mala, tan olvidable, que quiero comentarla antes de que se me borre de la cabeza totalmente. Se llama La parte ausente y se estrenó hace poco. Tenía ciertas expectativas porque se promocionaba como un policial negro enmarcado en un futuro post-apocalíptico, y vamos, es un buen gancho. Yo estoy plenamente convencida de que en Argentina hay presupuesto y talento como para hacer una buena ficción que se corra del realismo de siempre, pero la verdad es que suelo decepcionarme, como cuando vi Necrofobia (malísima) o, bueno, como ahora.

 
La película empieza contando que en el futuro la tecnología se estanca y lo único que avanza es la ingeniería genética. Muchas personas con características especiales son secuestradas para ser clonadas y así poder detener el deterioro del cuerpo.

Si después de leer eso esperan que en la película haya clones, se van a desilusionar. No hay. Posta. Una decepción.
 

 En fin, la historia se centra en Chockler (Alberto Ajaka) un asesino a sueldo que es contratado por una chica misteriosa, Lucrecia (Celeste Cid) para ubicar a un tal Víctor (Guillermo Pfening). Chockler presiente algo raro y comienza a seguirla para ver en qué anda. Ah, a todo esto, están en la ciudad de Buenos Aires.

Una de las sinopsis de la película contaba lo siguiente:

Un mundo al borde del colapso. Los distintos cambios climáticos y el uso indiscriminado de la tecnología, provocaron la decadencia de los servicios públicos y el vaciamiento de las grandes ciudades. Buenos Aires no es la excepción, durante la noche es posible caminar en soledad por la calle solo escuchando el lejano sonido de las ambulancias, mientras patrullan las zonas de más concentración y resistencia, en donde se ponen en juego los pocos recursos que aún quedan en la ciudad.

En realidad, se ve una ciudad un poquito arruinada. Y hago énfasis en el poquito porque he visto cosas peores una madrugada cualquiera en este barrio del Conurbano en que vivo. Poner un filtro oscuro  y filmar un par de escenas en edificios derrumbados no basta para crear un ambiente post-apocalíptico. Media pila. Podría haber ambientado la película en el 2014 sin crear tanta expectativa en el espectador


 La cuestión es que el tal Víctor es producto de un experimento genético que busca crear una especie de humano mejorado, y también Lucrecia. (¿Por qué se prestaron para participar en esto? ¿Fueron engañados? ¿Qué conexión tienen? El film se caga en esas y otras preguntas.)
 
Ambos gruñen como pumas hambrientos, son inmunes a las balas y se alimentan de sangre y carne humana; ocasionalmente también de sangre de caballo (el científico que los trató a ambos tiene su oficina/sala médica en el Hipódromo). Pero para completar el experimento sólo pueden utilizar a Víctor (no se explica porqué, pero es así).  En un arrebato de pasión (?) Lucrecia le muerde el labio a Chockler y le pasa un poco de su ADN alterado. Además, le secuestran la mujer (Juliana Gattas) a un tipo amigo de Chockler (Luis Ziembrowski), dueño del bar donde escabian y hacen comentarios profundos del tipo "En esta ciudad están pasando cosas raras. O tal vez antes también pasaban y no las veíamos". . 

En cuanto a la mujer, la secuestran para...
¿Sacarle los órganos? 
¿Experimentar con ella? 
¿Violarla? 

No...para que cante en el cierre de la reunión de la malvada sociedad secreta que hace experimentos.
 

En serio. La raptan como dos semanas antes, y cuando la reunión donde el médico malvado comenta los avances del experimento termina, alguien la sube a la tarima, esposada, para que cante. Y canta, ¿eh? Nada de llorar porque está secuestrada ni nada. Lo peor de todo es que la gente se empieza a ir en seguida. Tanta antelación para nada. Los malos le ofrecen a su marido devolverla si el les entrega a Chockler (que, por cierto, estaba trabajando para ellos todavía). Él se niega, pero se la devuelven igual. Esos son villanos decentes, sí señor.


Al final, el científico le dice a Lucrecia que ya no le sirve para nada y ella, deprimida, salta de un edificio. Chockler intenta alcanzarla pero llega tarde, y en venganza, mata a todo al científico y a sus secuaces, que previamente habían drenado a Víctor para utilizar su sangre. Cuando vuelve, se da cuenta de que la herida del balazo que le habían pegado en el brazo durante el enfrentamiento cicatriza mágicamente, y que Lucrecia está viva (aparentemente también es inmune al choque contra el pavimento). Se besan. Fin.

Les juro que así como se las cuento, de forma insulsa e incoherente, es la peli entera. Pero más puntualmente...

La estética: Horrible. No es una ciudad destrozada y futurista, es...prácticamente igual a la ciudad de Buenos Aires now. Es un futuro distópico con...¡cabinas de Telefónica! Eso sí que da miedo, gente. Mucha oscuridad mal usada. Un vestuario armado al tun-tun, queriendo ser punk-futurista-transgesor y sin llegar a ser nada, porque no se mantiene un estilo en especial, y cada uno usa lo que se le canta el orto.

Los momentos de relleno: Muchos. El 70% de la película se compone de personas jadeando: Chockler, que corre un poco y resuella como asmático sin inhalador; Lucrecia, que mira para arriba con los ojos muy abiertos y lloriquea. Caballos que relinchan. Eso se repite una y otra y otra vez.

Los diálogos: Malísimos. Acartonados, desprovistos de toda naturalidad. Repetitivos. Presumiendo de una profundidad que no tienen.

El héroe: Cero carisma.  Cero evolución. Tira comentarios pseudo intelectuales todo el tiempo, al pedo.

Ah, me olvidaba de algo: durante varios momentos de la película aparece una nena con gorrito de lana y ojos relucientes que habla sobre un mundo viejo que tiene que morir para que otro nuevo surja. Al final, se la ve alentando a un grupo de adolescentes para que hagan destrozos y actos de vandalismo. ¿Quién es? No sé. ¿Es fruto de otro experimento? Ni idea. ¿Por qué? Qué se yo. Nunca se explica. 


Otra cuestión molesta fue el tema de los nombres: es raro para mí escribir "Lucrecia esto" o "Chockler lo otro", ya que, en realidad, a la protagonista se la nombra sólo una vez, mientras que a él (creo, ya estoy empezando a borrar todo de mi mente) se lo menciona una vez, o ninguna. Y la piba de gorrito, de la cual no se sabe nada....¡aparece acreditada como Lilit! Lilith es un personaje de la mitología judía, la primera mujer antes de Eva, un demonio. Ya que se la presenta como la destructora del viejo mundo, tendría sentido que se llamara así...si la nombraran en algún momento, claro. Porque de esto no se enteran, salvo que miren los créditos.

La verdad, es un desastre de película, de principio a fin. Tenía muchas ganas de que me gustara, pero fue imposible. Sinceramente, estoy muy sorprendida de ver críticas positivas, porque no tiene NADA rescatable. En esta nota su guionista y director, Galel Maidana, habla de la ciencia ficción (que aparece muy chotamente representada) y el estilo cyberpunk (que brilla por su ausencia), entre otras cosas. Se manda la parte citando autores, géneros y temáticas varias como si hubiera hecho una obra maestra que fusionara todo y sin embargo...bueno, ya leyeron mi opinión. 


En definitiva, es una película muy, muy mala. Un desperdicio de tiempo y dinero.  Mi calificación para ella es la más baja que he dado hasta ahora.




Comentarios

  1. Exactamente, fue una decepción. De hecho, si uno entra a la página de "La parte ausente", te describen una película muy distinta de la que finalmente realizaron. El encuentro entre Victor y Lucrecia que describen en la historia no existe en el película ¿se olvidaron de incluir la escena? ¿la película era más larga y tuvieron que recortarla? No sé. Pero sinceramente fue horrible, tanto que entiendo a la gente que se fue de la sala mucho antes de que terminara.

    Eso sí, se nota que la película será mala desde el inicio: al menos un minuto de pantalla negra en la que aparecen los nombres de los protagonistas, productores y etcéteras ¿y la película cuándo empieza? Dura ochenta minutos y, aún así, es lenta. La segunda o tercera escena es un montaje de caballos relinchando que dura unos treinta segundos, no sé, me pareció larguísimo. Muchas escenas de relleno, muchos jadeos de un tipo que parece actuar de Pablo Echarri (seño fruncido todo el tiempo, voz garraspera, camina preocupado todo el tiempo), muchas miradas al cielo de Celeste Cid: una actuación acorde al director y no a los actores. En fin, horrible todo.

    Conclusión: ¿Cuál es la parte ausente? La trama.

    Pero bueno, que no nos desanime, también existe buena ciencia ficción argentina. Recordemos el caso Daemonium.

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