Reseña de Jessica Jones (Primera temporada)

Mis padres no son lo que llamaría "capos de la tecnología". Mi mamá se negó rotundamente a aprender a usar el DVD. Mi papá todavía me llama cuando tiene que adjuntar un archivo a un mail. Pero aún así aprendieron (mal que mal) a ver Netflix en la tele, lo cual sigue asombrándome. Para que se acostumbraran a usarlo les propuse que vieramos una serie nueva: Jessica Jones, uno de los más recientes productos de Netflix.

Y fue una buena idea.


Ya estaba predispuesta a que me gustara porque me encanta Krysten Ritter, la actriz protagonista. I have a big crush on her desde que la vi en Don't Trust the Bitch in Apartment 23, donde interpretaba a Chloe, una perra cínica, aprovechadora, drogona y alcohólica, y me volvió a encantar con su pequeña pero sentida participación en Breaking Bad, donde hacía de la irrecuperable drogadicta Jane Margolis (mmm, estoy empezando a ver un patrón de comportamiento en estos personajes...)

Pobre Jane.

(Importante: voy a comentar algunos detalles de la trama. Lea bajo su propio riesgo).

A decir verdad, no me enganchó desde el principio. La serie empieza in media res, y el espectador va enterándose de todo por medio de flashbacks y comentarios de los personajes, pero el desarrollo es lento y en ocasiones, denso. Jessica Jones es una heroína fallida devenida en investigadora privada que abusa del alcohol que repentinamente se encuentra nuevamente con el hombre perversó que la utilizó, la violó y la obligó a matar abusando de sus poderes de control mental: es nada más y nada menos que el décimo Doctor, David "wibbily wobbly timey wimey stuff" Tennant, haciendo el papel de Kilgrave, un demente con superpoderes que está obsesionado con Jessica.

A lo largo de esta primera temporada, Jessica trata de probarle al mundo que Kilgrave es real y peligroso. Falla miserablemente, sí, pero no deja de intentarlo. Algunos de los personajes que la ayudan son Luke Cage (Mike Colter), el sexy dueño del bar al que Jessica acosa, su mejor amiga/hermana adoptiva/ricachona Trish Walker, Malcolm (Eka Darville), su vecino adicto, el agente de policía Will Simpson (Wil Traval) y la abogada Jeri Hogarth (Carrie-Anne Moss), con quien comparte una tirante relación de ¿amistad? ¿negocios? lo que sea.

El problema es que, aún viviendo en un universo donde Hulk, el Capitán América y Iron Man existen, a la gente le resulta muy difícil creer que un hombre con poderes mentales puede obligarte a hacer cosas que no querés. Cuando Hope Shlottman (Erin Moriarty), una dulce chica de Omaha, es obligada por Kilgrave a matar a sus padres, Jessica decide hace lo imposible para lograr sacarla de la cárcel y probar que no fue culpa suya. 

Ahora sí que se vienen los spoilers.

El plan de Jessica es malísimo y estaba condenado a fracasar desde el principio: su brillante idea era capturar a Kilgrave y obligarlo a confesar sus crímenes en cámara. Porque POR SUPUESTO que la justicia aceptaría como prueba válida la confesión de un hombre secuestrado. Claro que sí, campeona. Obviamente todo se va al carajo muy rápido, y no queda otra que recurrir a un plan viejo pero efectivo: matar al villano.

Y ya que hablamos de él, creo que la elección de Tennant fue muy acertada. No es el típico antagonista perverso que exuda el mal por los poros. Kilgrave podría ser cualquiera: un vecino, un profesor, un amigo. Es culto y refinado, puede ser agradable si quiere, tiene una linda sonrisa y sentido del humor. Nadie sospecharía que es un psicópata, un violador y un asesino. Como en la vida real, vea. Por suerte el guión no termina de caer en la típica justificación de "soy malo porque me hicieron cosas malas", porque al final no se redime.

Los otros personajes masculinos son medio de cartón.

Kilgrave le ordena a Malcolm que espíe a Jessica. Una vez que logra deshacerse de él (y de su adicción) se vuelve un personaje aburrido, moralista y predecible. Meh. Simpson, el agente de policía que ayuda a Trish y a Jessica al comienzo, se vuelve violento hacia el final de la primera temporada y se perfila como un posible villano de la segunda. No era muy interesante tampoco, así que no me interesa. Luke Cage, por otro lado, es el interés romántico de Jessica, pero tiene cero onda. Cero. El actor que lo interpreta es un negro musculoso y machote con abdominales de acero (casi literalmente), pero no es particularmente caristmático, emocional...o buen actor. Aburriiiiiiiiiiiido.

Los personajes femeninos, en cambio...son otra cosa. Por un lado tenemos a Jeri Hogarth, una abogada bastante turra y fría que se dedica a ganar casos, sacar a Jessica de la cárcel y mantener un affaire con su secretaria.

No es que el triángulo amoroso lésbico entre ella, su ex y su sexy secretaria no sea interesante, pero no aporta mucho a la trama. Jeri en sí tiene cierta incidencia en el escape de Kilgrave, pero su historia personal queda medio colgada con respecto al resto. Tampoco se explica a ciencia cierta porque ayuda tanto a Jessica: es decir, sí, necesita de sus servicios de tanto en tanto ¿pero realmente es suficiente como para arriesgarse de esa manera?

Y por último, mi favorita...Trish. Pero antes de eso voy a incluir un pequeño glosario:

OTP: (One True Pairing) Es cuando considerás que dos personajes de una historia están hechos el uno para el otro y tienen que ser pareja. Pueden ser canon (es decir, estar en la historia original) como Ron x Hermione en Harry Potter, o fanon (imaginado por los fans) como Draco x Hermione.

Shipping: (Emparejar) Cuando shippeás (emparejás) a algunos personajes con otros porque te parece que hacen una linda pareja, aunque no necesariamente sean LA preferida. Por ejemplo, en Sailor Moon podés shippear a tu OTP (Haruka x Michiru) pero también podrías shippear a Haruka xSerena, a Serena x Seiya, a Seiya x Hotaru, etc.

Queerbating: Cuando los guionistas de una serie (o escritores de una saga) tiran guiños y fuertes sugerencias de que hay un romance entre personas del mismo sexo para generar la idea de que van a terminar juntos, pero después se desdicen y escriben una clásica historia de amor heterosexual. Se plantea un escenario donde los personajes tienen una relación intensa, se pelean, se reconcilian, se miran a los ojos profundamente, se dicen que se quieren, comparten una casa o una cama, se hablan todo el tiempo, se agarran de las manos, se abrazan, se extrañan...pero son amigos, eh. No homo.

Ejemplos: Naruto y Sasuke en Naruto, Dean y Castiel en Supernatural, Sherlock y Watson en Sherlock. En esta última serie hay un gag recurrente (y cuando digo recurrente, quiero decir una vez por episodio, mínimo), en donde hay una escena deliberadamente homosexual y alguien los confunde con una pareja, algo que Watson niega enfáticamente (Sherlock permanece curiosamente callado al respecto).

En fin, a lo que voy con esto es que ni siquiera tengo que esforzarme para shippear a Trish y a Jessica. Simplemente está ahí, a la vista. 

Trish es una locutora de radio, ex-estrella infantil de televisión, cuya abusiva y controladora madre adoptó a Jessica (después de que toda su familia muriera en un accidente) como movida publicitaria. A partir de eso se hicieron amigas, y ella es (según la mismísima serie) la única persona a la que Jessica quiere. Hay mucha entrega en Trish, mucho amor, mucha determinación en proteger a Jessica, aunque la mayoría de las veces sea ella la que tiene que ser protegida.

Y creánme, eso no es puro amor de hermana (Nota importante: esta no debería ser considerada una relación incestuosa porque se conocieron de adolescentes, no es como si hubieran sido criadas como hermanas desde el principio).

Estoy consciente de que en el cómic Jessica y Luke se casan y tienen un bebé, pero no puedo desear que pase lo mismo en la serie, sobre todo porque el Luke Cage de esta versión es tremendamente embolante. Trish en cambio es audaz, inteligente, amorosa, divertida, y no duda un segundo en arriesgar su trabajo, su dinero, su posición social o su vida si existe la mínima chance de volver a tener a Jessica.


No soy la única en notar esto: hay much@s fans deseando que esta relación sea canon, pero le veo pocas chances. En la mayoría de estos casos, como señalé anteriormente, estas historias sirven como carnada para enganchar espectadores (especialmente al sector LGTBI) y al final terminan en nada. Pero bueno, igual las seguiré adorando, aunque más no sea para que los guionistas continuen tirándome miguitas de amor lésbico.

Igual esta escena no fue una miguita, fue una baguette de tres metros con manteca y mermelada.


Conclusión: personajes queribles, acción, algo de drama. Después de los primeros capítulos la trama empieza a ponerse realmente interesante, y Jessica (que en un principio era demasiado antipática y melancólica, como si sus creadores se hubieran esforzado demasiado en demostrar lo oscura, terrible y desgraciada que es su vida) se vuelve paulatinamente copada. Mi calificación es de 5 Alicitas sobre 6, y mi pedido es: ¡¡Por favor, Netflix, renovale el contrato para una segunda temporada!! Gracias a todos, la radio está re buena, besos.

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