Reseña de Over The Garden Wall

Hay que admitirlo: nos estamos poniendo viejos. Y se nota.

Así como nuestros padres y abuelos tienden a comenzar sus opiniones sobre celulares, adolescentes y redes sociales con "Cuando yo era chico/Antes/En mis tiempos", los que estamos navegando en esas aguas turbulentas de los veintipico tendemos a decir que la tele de ahora es una porquería, y que los pibes de ahora ven dibujitos de mierda, no como nosotros que teníamos La vida moderna de Rocko, Los castores Cascarrabias, Invasor Zim, ¡Oye, Arnold!, Doug, El laboratorio de Dexter, Animaniacs, La Vaca y El Pollito, etcétera, etcétera. Si bien es cierto que los 90 fueron una gran década para las series animadas (sería absurdo negarlo) decir que ya no hay nada bueno es, lamentablemente, es una típica opinión de viejo choto: "Lo mío era genial, tu generación es una cagada". Y no es así. Series recientes como Gravity Falls o Steven Universe son realmente excelentes (ya les tocarán reseñas), pero el factor nostalgia nos pega fuerte y no nos deja apreciar las maravillas modernas de esta época. En este caso me estoy refiriendo puntualmente a una genial miniserie de Cartoon Network llamada Over The Garden Wall


Sin contar spoilers para no arruinarles la experiencia, la historia comienza con dos hermanos perdidos en el bosque. El mayor, Wirt (con la voz de Elijah "Sos tan adorable que quiero asfixiarte entre mis tetas" Wood) es cobarde, indeciso y de poco carácter, mientras que el más pequeño, Gregory (Collin Dean) es alegre, decidido y siempre dispuesto a meterse en quilombos. Juntos deambulan por ahí en compañía de un azulejo (no me refiero a los que se ponen en las paredes, sino a los pajaritos) bastante mala onda llamado Beatrice (voz de Melanie Lynskey, a quien recuerden como la hermanastra buena de Por siempre Cenicienta, o la deschavetada Rose de Two and a Half Men), buscando la manera de regresar a su hogar. 

¿Dónde están los padres de estos chicos? ¿Cuánto tiempo llevan perdidos? Paulatinamente esos interrogantes se irán resolviendo, mientras nuestro dúo se cruza con calabazas parlantes, animales que van a la escuela y viejas brujas que parecen salidas de una película de Miyazaki.

La voz de este personaje la hace Tim "Sonrisa Creepy" Curry, no tiene desperdicio.
El tono de la serie en general es realmente siniestro. Incluso en los capítulos donde no pasa nada particularmente horripilante hay una notoria sensación de incomodidad, de algo que no cuadra dentro de ese mundo maravilloso. Noté (y gracias a Internet, sé que no soy la única) muchas similitudes con El Libro de las cosas perdidas, una de mis novelas favoritas. Ambas están fuertemente influenciados por los cuentos de hadas tradicionales, recuperando el lado oscuro de esas historias que, con el tiempo, se fueron suavizando. ¿Alguna vez leyeron esa versión de Caperucita donde ella y la abuela mueren devoradas por el lobo? ¿Y esa de Cenicienta donde las hermanas se cortan los dedos de los pies para poder calzarse el zapatito? Tal vez Disney y sus padres hayan querido protegerlos, pero Patrick McHale (el creador de Over The...) y John Connolly (el autor de El Libro...) quieren asustarlos de verdad. En ambos casos hay dos hermanos que se pelean, un bosque tenebroso, un leñador (Christopher "Doc Brown" Lloyd en la serie), almas perdidas y un ser maligno que susurra cosas terribles en la noche e infunde el pavor en los corazones de la gente. Hace rato que no veía un villano que diera miedo de verdad en una serie dirigida al público infantil. Aunque pensándolo bien, no sé que tan "para niños" sea. 

The Beast
Durante su extraño viaje, Wirt y Gregory se enfrentan a algunas cosas realmente espeluznantes que apelan a nuestros más profundos miedos infantiles. Como en las mejores películas de terror, Over The Garden Wall construye una atmósfera de tensión donde lo más terrible es lo que no se ve: una sombra que se funde en la oscuridad, un murmullo, unos ojos enormes que te siguen. La musicalización de la serie también es increíble, y junto con la animación, crean algo único. Cada episodio tiene innumerables pistas acerca del final, para que cuando uno termine de verla diga "Ahhhhh, así que por ahí venía la mano", y aunque tiene un cierre concreto (nada de finales abiertos ni boludeces), es lo suficientemente ambiguo como para que cada uno desarrolle una teoría al respecto, cosa que me encanta.


Si bien la trama gira alrededor de los niños y su viaje por "The Unknown" (Lo Desconocido), los personajes secundarios son los que hacen a la historia tan profunda y llena de vida. Incluso en capítulos que al principio parecen no tener mucho que ver con el hilo narrativo principal se revelan cuestiones que luego responderán algunos interrogantes (presten atención al nombre Quincy Endicott, personaje con la voz de John Cleese, a quien tal vez recuerden de Will & Grace o Monty Python). Por suerte es una miniserie, así que en diez capítulos te redondea todo y te otorga una buena conclusión, a diferencia de esas series que continúan indefinidamente y terminan siendo cualquiera.


En conclusión, me voló el marulo señores. Se la recomiendo a todo el mundo, pero sobre todo a esas personas que siguen disfrutando los cuentos clásicos y las historias de miedo que se cuentan en voz baja durante la noche. Larga vida a Cartoon Network, larga vida a los cuentos de hadas. Le doy un seis sobre seis porque mi escala de valores llega hasta ahí, sino le daría más. 



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