Reseña de Marcella.

Después de las milanesas, David Bowie y los gatos, Netflix es lo mejor del mundo. No necesitás andar buscando subtítulos, descargar torrents, no tiene publicidades intrusivas, y no corres el riesgo de que cierre la semana que viene y tengas que buscar otra página. Lo único que tenés que hacer es apoyar el traste en tu lugar de elección y clavarte las siguientes ocho horas mirando series o películas. 

Y no solamente nos ofrece su propio contenido, que sin dudas es genial (no es necesario que hable ahora de su último golazo, Stranger Things, o de otros éxitos como Daredevil o Jessica Jones, para que sepan de qué estoy hablando), sino también algunas joyitas que hubieran pasado desapercibidas de no ser por nuestros amigos de Netflix. Hoy les traigo una reseña acotada de una de sus últimas publicaciones: Marcella, otra creación del realizador de Bron/Broen (también conocida como la versión original de The Bridge).


Marcella es una serie británica policial de tintes oscuros, protagonizada por una ex detective (la preciosa Anna Friel, a quien quizás recuerden de la malograda y bella serie Pushing Daisies) cuya vida se está yendo por el caño: su esposo acaba de dejarla, sus hijos están en un internado, y sufre con frecuencia ciertos episodios en donde pierde la consciencia y se pone muy, muy violenta. Sin saber cómo afrontar todo esto, decide refugiarse en el trabajo y vuelve a trabajar en un caso que le quitó el sueño durante mucho tiempo. Resulta ser que hace varios años un hombre estranguló a varias personas, y aunque la racha criminal se detuvo, parece que ahora volvió con más fuerza que nunca. ¿O será un imitador?


 La cosa se complica cuando (pequeño spoiler) una de las nuevas víctimas del estrangulador es la amante de su marido y Marcella entra en pánico, ya que recuerda haberla visitado apenas momentos antes de su muerte. ¿Habrá tenido algo que ver con el asesinato? No puede saberlo, ya que entró en trance y perdió contacto con la realidad. Marcella trata con todas sus fuerzas de ocultar los rastros que llevan a ella, pero necesita saber si fue capaz de matar a alguien en uno de sus arranques violentos. Mientras tanto, una multitud de subtramas se desarrollan al mismo tiempo: tenemos a Henry Gibson (Harry Lloyd, alias Viserys en GoT), el atractivo y misterioso hermano de una de las víctimas; el ex marido de Marcella, Jason Backland (Nicholas Pinnock) que empieza a develar su cara más oscura a lo largo de la serie y Stuart Callaghan (Stephen Lord), un hombre con horribles secretos. 


La historia es cortita y al pie (ocho capítulos), la trama está bien armada, casi todo se resuelve (excepto, por supuesto, lo que quedó abierto para una segunda temporada) y todo está impregnado de esa onda melancólica típica de los policiales noir. Sin spoilearles nada más para que no pierda la gracia, debo decir que es altamente entretenida y que está para verla en un solo finde, bien munido de un té caliente y unos chocolates.



Comentarios

  1. Me saltee la parte del spoiler, pero tiene una onda Luther, o no?

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  2. Sí, tiene una onda Luther. Hasta tiene un negro con cara de recio. La diferencia es que Marcella tiene más problemitas en la cabeza y por eso, quizás, es menos querible que Luther.

    Gracias por comentar. Disculpá por la demora en la respuesta.

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