Reseña de Miel de Conurbano - Serie Web

Como ya he comentado antes siento un profundo cariño por el lugar en el que vivo, ubicado en lo que se conoce comunmente como conurbano. Esta bien, tal vez no tengamos mucha vida nocturna, quizás no tengamos el mejor servicio de transporte, pero esto no es un monte lleno de vacas y gente iletrada como creen muchos habitantes de CABA (no todos, claro, sólo aquellos que dicen que más allá de la General Paz está Mordor). 

Soy feliz con mi jardín lleno de sol, mis perros y gatos, las parrilladas, la hora de la siesta y el silencio nocturno apenas interrumpido por el paso del tren, a más de diez cuadras de mi casa. Igualmente ya sea por temas de trabajo, estudio o esparcimiento, uno siempre termina cayendo en Capital, que tendrá sus cosas geniales (cines, teatros, museos, boliches y un largo etcétera) pero también tiene mugre, ruido, chicos durmiendo en la calle, pungas y ascensores con puerta de tijera, que son de las cosas más feas que vi en mi vida. 

AHHHHH
 Sin embargo, cuando buscamos representaciones en la ficción, por lo general el Conurbano sale perdiendo en comparación con la glamorosa Capital. Para el estándar de los medios los que vivimos acá somos todos eslabones perdidos de la cadena evolutiva, apenas sabemos hablar, vivimos en un chaperío y nos comemos las eses con más gusto que cuando comemos choripán. Por suerte hay excepciones, y hoy voy a hablarles de una de ellas.


Tuve la suerte de poder colaborar en un proyecto creado, desarrollado e inspirado por gente de la zona llamado Miel de Conurbano (sí, por primera vez en la historia del blog caemos en el autobombo). Acá no hay héroes de acción, niños pobres marca Cris Morena ni grandes conspiraciones: apenas la vida normal del conurbanita silvestre. Lo que retrata está hecho con amor y se nota, porque toma elementos que podemos reconocer como propios sin caer en el cliché ni la burla.


Básicamente cuenta historias de gente del barrio: una boxeadora que está de novia con un mal pibe, un banana buscando siempre levantar minitas, una piba que estafa gente random por internet, una madre new age, la chusma de barrio y una pareja gay que entra en crisis el día que uno de ellos decide salir del clóset en medio de su fiesta de cumpleaños. Pueden ver su página de Facebook acá y el primer capítulo acá:


MDC está hecha muy a pulmón, sin elementos profesionales y con el presupuesto mínimo indispensable. El plan es recaudar dinero para continuar con la serie y finalmente poder tener un retrato del Conurbano que no sea enteramente negativo ni caiga en lo obvio. Un producto hecho por y para los habitantes de este sector de la provincia, tan injustamente boludeados por las telenovelas y las series nacionales. Ustedes (¡sí, ustedes!) puede ayudar(nos) a completar este proyecto donando unos morlacos en la página de Ideame. Por el valor de dos panchos y monedas  pueden ufanarse de haber colaborado con la industria nacional del cine. 


Con algo de ayuda externa se puede mejorar la calidad de sonido e imagen, pagarle a los actores, conseguir locaciones y hacer mil cosas más. Necesitamos un empujoncito para llegar y no es fácil, teniendo en cuenta que todos los involucrados lo están haciendo por amor al arte, tratando de meterle garra mientras le roban tiempo al laburo y al estudio para sumar una mano amiga. 

Miren esas caritas.
Todo queda en ustedes, mis queridos.

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