Reseñas de Febrero a Mayo: Riverdale + Happy + My Little Pony + Love, Simon + Deadpool 2 + Avengers: Infinity War

Me levanté de entre los muertos para ponerlos al día con lo que estuve viendo últimamente. Ya sé, les reee importa todo lo que consuma y mi opinión al respecto, lo sé, lo sé. Prometo no volver a defraudarlos. Empecemos: 

A veces sucede que descubrimos una serie nueva e inocentemente decidimos ver uno o dos episodios "para ver qué tal", sin pensar que nos vamos a maratonear la primera temporada como los voraces televidentes que somos. Bueno, eso me pasó con Riverdale, a pesar de que alguien me dijo con mucha contundencia que "Riverdale es paco". Perfecta sinopsis de esta serie: no es buena, pero es adictiva, y vendería los muebles de mi vieja para que me den otra dosis.

Para ponerlos en onda, les cuento de qué va. ¿Recuerdan las viejas historietas cómicas de Archie? No, yo tampoco, porque empezaron a salir en los '40. Básicamente trataban de las aventuras de un grupo de jóvenes en un pueblucho yanqui: Archi, el colorado capo, su bobo amigo Jughead (Torombolo, en la versión en castellano de México), la tímida Betty y la zorrona Verónica, que se disputaban el amor de Archie. Con el tiempo Archie fue modernizándose para atraer al público y a esta altura tiene más universos paralelos y crossovers que Marvel y DC juntos: hay zombies, Archie es un superhéroe y un policía del tiempo, conoce a Depredador, Punisher, y a los Ramones, muere varias veces y se enfrenta a Sharknado. 

La serie toma los personajes originales y los respeta poco y nada: el nombre, alguna característica fundamental, no mucho más. Un poco en la onda de otras series como Pretty Little Liars, la historia comienza en un pueblo idílico en que el que se comete un crimen horrible. La familia más acaudalada de la zona tiene dos hijos mellizos, Jason y Cheryl. Un fatídico 4 de julio ambos salen a navegar por el río Sweetwater, pero sólo uno de ellos vuelve. A raíz de esto se empiezan a destapar todos los chanchullos del pueblo: drogas, pandillas, embarazos adolescentes, bullying, y unas cuantas cosas más.

Durante la primera temporada hay cierta pretensión de verosimilitud que rápidamente salta por la borda en la segunda. ¿Querés un asesino serial? ¿Dos? ¿Mafiosos? ¿Más mafiosos? ¿Un musical de Carrie? ¿Hermanos perdidos? Lo pedís, lo tenés. Más avanza la trama, más ridículas son las situaciones en las que los personajes se encuentran. Y si les soy sincera, no me importa; cuanto más pochoclera se pone, más me gusta. Un sólo episodio puede tener hasta cinco sub tramas que se resuelven y se transforman a lo largo de una hora. Y no soy yo sola la adicta, eh. Mis padres se recontra engancharon viendo esto y es una nueva tradición familiar sentarnos en torno a la tele para ver semana tras semana una alocada aventura de Archie y compañía. 

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Hola, Christopher Meloni!

Happy, la serie, es la adaptación de Happy, la historieta de ese capo que es Grant Morrison. Sin spoilear demasiado, cuenta la historia de Nick Sax, un ex policía alcohólico y drogadicto devenido en asesino a sueldo. Mugroso, violento y detestable, su vida cambia totalmente cuando se le aparece lo que a simple vista parece una alucinación: un unicornio volador llamado Happy. El bicho es tozudo e insiste en que no es fruto de la mente perturbada de Sax, sino un amigo imaginario. Pero no cualquiera: pertenece a una hermosa niña llamada Hailey. El problema es que Hailey (y muchos otros niños y niñas) han sido secuestrados por un perverso demente vestido de Papá Noel. 

Happy necesita de la ayuda de Sax para salvarlos, y en su recorrido se encuentran con mafiosos, muertos resucitados, realitys y animadores infantiles súper siniestros. Ojo: es necesario advertir que el tono es de comedia negra muuuuy negra, y que hay una o dos escenas realmente perturbadoras, así que antes de verla plantéense qué tanta gracia puede llegar a causarles, no sé, digamos, un bebé en un microondas. Por mi parte me encantó, y estoy muy contenta de que la hayan renovado para una segunda temporada. 

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Ok, ok, déjenme explicar porqué estoy viendo esto. Hace ya varios años que se relanzó la serie de Mi Pequeño Pony e inesperadamente alcanzó el sector menos pensado. Sí, estoy hablando de los varones adultos fanáticos del programa, más conocidos como "bronies" (bro + ponies). No quiero extenderme mucho sobre ellos así que pueden informarse más leyendo acá. El tema es que esto me llamó la atención, y viendo que estamos en una Era Dorada de la animación (véase Steven Universe, Gravity Falls y la maravillosa y ya reseñada Over The Garden Wall) decidí darle una oportunidad. Debo decir que me encontré con lo que la serie promete desde el póster: muchos colores y ternura, historias de amistad y caballitos parlantes. No hay dobles sentidos dirigidos a los adultos, tramas rebuscadas o elementos novedosos. 

Es la típica serie infantil donde cada episodio presenta una situación problemática que se resuelve gracias a algunos de los valores que representan los ponis: amor, amistad, sinceridad, amabilidad, etc. Por si queda alguna duda sobre a quién apela, cada resolución viene acompañada de una suerte de moraleja bien explícita: ayuda a los demás, los amigos son lo más importante, unidos somos mejores, and so on. Si tuviera un niño a mi cuidado lo pondría a ver MLP sin pensarlo ni dos segundos porque realmente tiene un lindo mensaje de tolerancia y aceptación, pero no es el caso. Se preguntarán entonces ¿qué hago mirándolo? Bueno, voy por el capítulo 7 y francamente debo admitir que a veces relajante sentarse a ver algo tierno y adorable sin preocuparse por la trama. Los personajes son lindos y la canción es pegadiza. Déjenme en paz  >__<

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Decidí mirar Love, Simon porque en EE.UU distintos actores, como Neil Patrick Harris y Kristen Bell, se sintieron conmovidos por la historia y regalaron un montón de entradas para que la gente fuera a verla al cine. Basada en una novela que también fue furor, la película nos cuenta la historia de un chico blanco de clase media que parece no tener ni una sola preocupación en el mundo: le va bien en el colegio, tiene un buen grupo de amigos y una familia comprensiva. El único detalle que enturbia su felicidad es que es gay, y por una cosa u otra no se anima a contárselo a nadie. El problema empieza cuando comienza a mandarse mails con otro chico del colegio de forma anónima, y un compañero de clase se entera. Aquí la trama se complica: el compañero comienza a chantajearlo y Simon deberá hacer cosas que no quiere para evitar que su secreto salga a la luz. 

A grandes rasgos es una peliculilla de amor adolescente, con el agregado extra de la homosexualidad y las consecuencias de "salir del clóset". El guión está bastante bien, los actores tienen química, la trama fluye y hay varias escenas emotivas que te tocan el corazoncito. La volvería a ver y la recomiendo, especialmente para padres o familiares de chicos LGTBIQ que no se tomaron bien la orientación sexual de sus seres queridos, a ver si aprenden a comportarse de forma decente. 

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¿Les encantó Deadpool? ¿Sí? A mí también, así que había alto hype en relación a su secuela recientemente estrenada. En esta ocasión podemos explorar un poco más la vida de Deadpool como mercenario de alto nivel, su relación con los X-Men y su retorcido concepto de lo que significa ser un héroe. Para ser una segunda parte está muy buena. Con esto quiero decir que repite exitosamente todo lo que la hizo famosa: el humor crudo, la violencia gratuita y muchas situaciones obscenas. QUIZÁS, tal vez, a lo mejor, en algún punto se hacen algo tediosas sus rupturas de la 4° pared, más que nada porque son una detrás de la otra, sin respiro ni pausa. Sí, ya sé que es una característica fundamental del personaje, pero cuando se abusa mucho de un recurso se gasta rápido. 

De todas maneras la rompe y tiene un gran surtido de personajes secundarios geniales, así que no tengo mucho más que agregar sin caer en los spoilers. Eso sí, definitivamente tiene una de las mejores escenas post-créditos de todas las películas de Marvel. Lo único que nos queda es sentarnos a esperar la próxima película de X-Force.

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Para ver esta película me clavé Thor: Ragnarok, Black Panther y Spider-Man: Homecoming en menos de 24 horas, para esa misma noche ir a verla al cine. Si bien las disfruté (algunas más que otra) no me gustaron tanto Age of Ultron ni Civil War, así que tenía dudas acerca de este rejunte. Ni siquiera me movió el interés de buscar el cómic, así que dentro de todo llegué sin mucha idea de qué iba a pasar. O sí, pero a grandes rasgos: acción, algunos chistes apropiados y otros metidos con calzador, más acción, alguna escena emotiva, actos de heroísmo y sacrificio. Está bien, qué se yo, es el modelo estándar de las películas de Marvel y conociéndolo no tengo grandes pretensiones de sorprenderme. Tal vez por eso salí satisfecha de la sala. 

(Algunos spoilers a continuación)

En algunos momentos sentí que estaban boludeando mucho al espectador. Todo el tema de Peter y Nebula tomándose su tiempo para charlar mientras los demás atacan a Thanos fue sin dudas absurdo, así como también lo fue el side kick de Doctor Strange retirándose de la pelea en los primeros 20 minutos con la excusa de defender el santuario (?!?). De todas formas, como dije, mis expectativas no eran las más altas, así que lo dejé pasar. Por otro lado -si bien estoy plenamente consciente de la manipulación emocional descarada con la que intentaron que nos preocupáramos por un montón de personajes que sabemos que NO pueden morir porque están produciendo un montón de guita- me conmoví un poco con la desaparición física de Spider-Man (que Dios te tenga en la gloria, Pibe-Araña). Ni bien salí de verla estaba bastante emocionada, pero con el correr de los días le fui bajando un par de puntos. La calificación sigue siendo buena igual. En resumen, diría que me enganchó, me mantuvo entretenida y me divirtió. Iré a ver la continuación con ganas.