Reseña de Sharp Objects (Serie)

Gillian "Me copa el morbo y el drama" Flynn escribió tres novelas que fueron adaptadas a la pantalla chica y grande: Perdida (Gone Girl), Lugares Oscuros (Dark Places) y Heridas Cortantes (Sharp Objects). El primero es un muy buen libro con una igualmente buena versión cinematográfica. El segundo es malísimo y tiene una adaptación para televisión bastante floja, a pesar de contar con la presencia de la talentosa Charlize Theron. Del tercero vamos a hablar ahora (los spoilers estarán debidamente señalizados, don't worry).

Hay que aclarar algo: Sharp Objects es mi novela preferida de Flynn, por lejos, y por lo tanto tenía grandes expectativas sobre la serie. Básicamente trata sobre una periodista con problemas de alcoholismo que se ve obligada a volver a su pueblo natal para cubrir el asesinato de dos niñas. Allí se encuentra con su fría y desinteresada madre, su desagradable padrastro y con su extraña medio hermana, a la cual no conoce. Como todo pueblo pequeño el lugar es absolutamente siniestro y sus habitantes esconden secretos terribles bajo una fachada de moral y buenas costumbres. Ganchero, ¿no?

Debo admitir que al principio no estaba encantada con el casting, ya que en los libros los tres personajes principales son muy jóvenes: Adora, la madre, está en sus cuarenta y tantos, Camille, la protagonista, está en sus treinta y Amma, la hermana, sólo tiene trece años. En la serie, en cambio, se subió un poco la edad de todas: Patricia Clarkson (Adora) tiene cincuenta y ocho, Amy Adams (Camille) tiene cuarenta y cuatro (aunque usted no lo crea) y Eliza Scalen (Amma) tiene diecinueve. Entendí que poner posta a una actriz de trece en pantalla no era apropiado para el tipo de historia morbosa que estaban contando, pero me preocupaba que Adams fuera "demasiado vieja". Admito mi error: tiene sentido ponerla a ella porque las otras actrices también son mayores y ella está bárbara, me recontra creo que tiene diez años menos. Otra gran elección me pareció Sophia Lillis para el rol de la Camille adolescente de los flashbacks. Qué pendeja divina.


Los dos primeros capítulos me desalentaron. Si bien soy súper (mega, hiper, archi) fan del gótico sureño y creía que el escenario estaba excelentemente representado, me pareció que la trama avanzaba de forma muy lenta y que era menos cruda que en la novela. Eso último es cierto: hay muchas cosas suavizadas. Por ejemplo, todo lo que en el libro se cuenta acerca del negocio del pueblo (la industria de los productos de cerdo) está deliberadamente omitido. Hay partes realmente horripilantes donde describe lo que les pasa a los animales y que llevan hasta el más carnívoro a evaluar momentáneamente su modo de alimentación. También es mucho más cruda la forma en la que se habla del problema de Camille (pequeño spoiler) y las descripciones de sus heridas auto-inflingidas, a veces hechas con objetos dolorosamente romos y antihigiénicos.


Por otro lado, Alan, el marido de Adora y padrastro de Camille, es presentado bajo una luz mucho más benevolente en la serie que en el libro. En la primera mantiene una presencia muy ambigua, sin dar a entender del todo qué es lo que sabe y qué es lo que no, si es bueno, malo o un cretino de primera. En el libro, en cambio, es un personaje notoriamente desagradable. Diría que en general todos los personajes del libro son claramente más repugnantes que los de su contraparte televisiva.


Después de esos primeros capítulos que a mi gusto son bastante lentos, la cosa empieza a ponerse interesante y toma un ritmo vertiginoso que sigue hasta el final. El cruel interés de los vecinos (a los cuales les importa más el chisme que la justicia), las sospechas que caen sobre las familias de las niñas asesinadas y el ambiente sofocante de ese pueblo perdido y condenado cobran vida en la puesta en escena de Jean-Marc Vallée, quien produjo esa otra joyita que es Big Little Lies. Especialmente escalofriantes resultan las mujeres, que están obsesionadas con la juventud, la belleza y la maternidad. Para ellas, una mujer que no es madre tiene el corazón muerto.


Leí un par de comentarios de gente que decía haber adivinado la identidad del asesino en el primer episodio (o segundo, o tercero). No sabría decirles si realmente es tan obvio o no porque al haber leído la novela el factor sorpresa nunca existió. Sin embargo, tengo algunas quejas sobre el quejas sobre el final, al cual personalmente encuentro como confuso y demasiado apresurado. ¿Qué significa esto? Que a partir de este momento hay spoilers.


En la serie se plantea como supuesta asesina a Adora (quien es indudablemente culpable de la muerte de Marian, su hija) pero cuando vemos que al episodio le falta como media hora para terminar empezamos a sospechar que algo no cierra. Recién en los últimos quince segundos se revela que en realidad es Amma la que mató a Ann y a Natalie, y en una brevísima escena post créditos se deja ver un poco la realidad de la situación. El espectador no sabe como reaccionará Camille, si la entregará a la policía o guardará el secreto. Sinceramente, me supo a poco ese final tan apresurado. En la novela, por el contrario, está perfecta y meticulosamente explica la culpabilidad de Amma y se cuenta que todo su grupito de amigas participó en los secuestros y posteriores asesinatos. Incluso llegaron a plantearse matar a una de ellas (Jodes) porque era demasiado llorona y podía llegar a confesar el crimen. ¿El motivo de Amma? Aburrimiento, placer morboso, temor porque eventualmente descubrirían la falsa enfermedad a la que la sometía Adora, y principalmente, celos porque le estaban robando la atención de su madre. La Amma del libro es mucho más agresiva, sexual y perversa que la de la serie, aunque admito que ésta última está bastante bien planteada dentro de lo que es la adaptación audiovisual.


El tono del desenlace es mucho más sombrío en la novela: a pesar de ser condenada por el asesinato de Marian, Adora apelará a la sentencia y hasta tiene su propia página web hecha por fans. Amma es irrecuperable y estará encerrada hasta que cumpla la mayoría de edad o más. Nunca se arrepiente ni duda: lo volvería a hacer porque, como ella misma dice, le gusta la violencia. Disfruta haciendo daño. Camille, por su parte, vuelve a lastimarse de forma tan grave que su jefe y la mujer de éste la obligan a mudarse con ellos y a dejarse cuidar como si fuera una criatura. El panorama es desalentador, y quizás nunca se recupere de las terribles heridas infligidas por su monstruosa familia.


En conclusión, le bajo un poco la puntuación porque el comienzo es medio lento, el final es confuso y los crímenes aparecen bastante suavizados, pero en general es una excelente serie. Por encima de todo, Amy Adams la rompe. Se rumorea por ahí que quizás haya una chance de hacer una segunda temporada. Hasta ahora lo vienen negando, pero lo mismo hicieron con Big Little Lies hasta que anunciaron lo contrario así que...no se sabe. Personalmente no me convence mucho la idea porque si bien la historia de Camille puede seguir, no creo que fuera tan interesante sin Adora y Amma. El tiempo dirá si es así.



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