Reseña de La maldición de Hill House

Antes de empezar con la serie vamos a hablar un poco del libro en el que se basa. Como muchos de ustedes ya sabrán, soy de esas personas obsesivas que prefieren leer el texto base antes de ver la adaptación audiovisual para así poder decir quejumbrosamente "Eso en el libro no estaba!!11 :(". Pero en esta ocasión no me sirvió de nada porque la historia de uno y otro no tiene nada que ver. O sí.


Primero les voy a contar de qué va el libro (sin spoilers). Básicamente comienza con el Dr. Montague, quien se muestra interesado en lo paranormal. Para realizar su investigación alquila Hill House, una casa deshabitada con un largo historial de hechos extraños, y le envía cartas a personas que hayan tenido experiencias espirituales o inexplicables. De todos los invitados sólo dos acceden a ir: Eleanor, una joven que ha pasado toda su vida cuidando a una madre enferma, y Theodora, una mujer extrovertida y alegre. Ellas acompañan al doctor y a Luke, el futuro heredero de Hill House. Al llegar a la mansión son recibidos por los Dudley, la pareja que cuida el lugar durante el día. El señor sólo aparece al principio, para maltratar a los recién llegados, mientras que la señora aparece cada tanto para repetir siempre lo mismo: la cena se sirve a tal hora, el desayuno a tal otra, me importa un carajo lo que estén haciendo pero yo no me voy a quedar, chau. Bueno, no es tan así pero el mensaje es el mismo: nadie más que ellos quiere pasar la noche en Hill House.


Una vez allí el doctor les cuenta a grandes rasgos la historia de la casa. Resulta ser que fue construida por un tal Hugh Crain. La idea era que fuese un nuevo hogar para él, su esposa y sus dos pequeñas hijas. Sin embargo, la prematura muerte de su mujer lo lleva a casarse de nuevo...para al poco tiempo volver a enviudar nuevamente. Ninguna de estas muertes tiene algo de sobrenatural. De hecho la muerte de la segunda esposa ni siquiera tiene que ver con la casa, ella muere estando muy lejos, de viaje por Europa. Las dos hijas de Crain crecen y de adultas pelean por quién heredará Hill House. La mayor gana y se queda allí con una criada, a quien le dejará la casa una vez que muera. Pero la hermana menor insiste: dice que la criada se aprovechó de su hermana para quedarse por la casa. Los rumores comienzan a esparcirse por el pueblo. La ex criada, ya en poder de la casa, comienza a perder la razón y dice que alguien se mete de noche para robar cosas. Finalmente, enloquecida, termina suicidándose al colgarse de la torre. 

Hasta ahí tenemos una historia trágica, pero no necesariamente fantasmagórica. Un detalle importante sobre la casa es que Crain la construyó de manera muy extraña, con ángulos desequilibrados, casi imperceptibles desniveles, puertas que se cierran solas y laberínticos pasillos que van a ninguna parte. Esto explica que quienes viven allí experimenten mareos, confusión e incomodidad, ya que la arquitectura de la casa hace que pierdan el equilibrio y el balance del cuerpo. Nuevamente, extraño pero no sobrenatural. 


Básicamente y sin revelarles demasiado de la trama, cosas inexplicables suceden con la llegada de esta gente. El tema es que todo es muy ambiguo y nosotros, como lectores, no podemos saber si realmente hay fantasmas o no. ¿Eleanor tiene poderes y provoca los incidentes sin darse cuenta? ¿Su presencia reactivó a los espíritus de la casa? ¿Son todos víctimas de una histeria colectiva? Sin dudas hay algo siniestro ahí, pero nunca descubriremos si hay espectros vengativos o simple mala vibra. 

Lo interesante de la serie es que si bien plantea una historia totalmente distinta, conserva un montón de datos originales: desde los nombres de los protagonistas hasta situaciones y diálogos calcados. Voy a escribir sólo algunos de los más relevantes porque son un montón.

En primero lugar, los nombres. Una familia se muda a Hill House con el propósito de restaurarla y venderla: Hugh y Olivia Crain, con sus hijos Steve, Shirley, Theodora, Eleanor (apodada Nell) y Luke. Como verán, casi todos hacen referencia a personajes de la novela (y a su autora, Shirley Jackson). Allí serán recibidos por una amable pareja de cuidadores, los Dudley, cuyas personalidades nada tienen que ver con las de sus contrapartes literarias. También aparece el Dr. Montague con el psiquiatra de Nell, y Arthur (otro personaje de la novela, un espiritista) como su marido.


Otro detalle que me gustó mucho fue que la serie abre y cierra con el primer y el último párrafo de la novela, respectivamente. Es casi igual, con una pequeña pero notable diferencia en las líneas finales, que marcan un tono muy distinto en el original y en la adaptación.


Después, las situaciones. La taza de estrellas de Nell, la lluvia de piedras que Olivia hizo caer sobre su casa, la piedra que arrojó sobre el techo del invernadero, la frase "Los viajes terminan en un encuentro de enamorados", el perro fantasma que ladra pero no es visto, los puntos fríos de la casa, las paredes escritas que dicen "Come home", una mano misteriosa que aprieta durante las noches, las cabezas de león que decoran el lugar, el "I am home. I am home. Now to climb." de Steve...todas estas cosas aparecen en la novela, pero son dichas/vividas por otros personajes o son presentadas con una intención muy distinta. Como lectora debo decir que me gustó muchísimo descubrir esas referencias aquí y allá, por un lado por su conexión directa con la novela, y por otro porque te permite reflexionar sobre la intención artística de los guionistas, que tomaron fragmentos del libro y les dieron un nuevo sentido. Es como un remix, digamos.


En cuanto a la serie en sí puedo decir que tuvo un excelente casting. Tenemos a la increíble Carla Gugino como Olivia Crain (Watchmen, Sin City), a dos Hughs (el joven, interpretado por Henry Thomas, también conocido como Elliot de E.T, y al viejo, Timothy Hutton, de La mitad siniestra y La ventana secreta), al Steve adulto interpretado por Michiel Huisman, más conocido como Daario Naharis en Game Of Thrones (¿Será su nombre una referencia a Stephen King? Puede ser, por un lado porque King es súper fan de Jackson y se influenció mucho por su trabajo, y por otro porque el personaje aparece retratado como un escritor de best-sellers de terror, guiño guiño). Por otro lado está Shirley, la embalsamadora y dueña de la funeraria, quien cobra vida gracias a la hermosa Elizabeth Reaser, a quien tal vez recuerden por éxitos como Grey's Anatomy y Crepúsculo. También está la misteriosa terapeuta Theo (Kate Siegel, la esposa del director de la serie, Mike Flanagan y protagonista de películas de terror como Oculus, Hush y Ouija), el adicto Luke (Oliver Jackson-Cohen, el Jonathan Harker de la serie Drácula) y la desgraciada Nell (Victoria Pedretti) que no tiene muchos trabajos previos pero con esto la pegó: va a estar en la nueva película de Tarantino.

Dato curioso: Theo (Siegel), Olivia (Gugino) y Hugh (Thomas) coincidieron en la película El juego de Gerald, como la madre desatenta, la protagonista y el padre violín, respectivamente.


En cuanto a la trama, debo decir que es un excelente mix entre drama familiar y suspenso/terror. Hay mucho esfuerzo puesto en que empatices con los personajes, que les tomes cariño y sufras con ellos. Ese, creo, es su mayor acierto. Muchas veces las películas de terror recurren a puros sustos baratos y  mandan una muerte tras otra como cachetada de loco, sin darte tiempo a que sientas nada. En Hill House se toman diez episodios para meterte lentamente en una dinámica familiar tóxica, llena de rencores, adicciones y nostalgia, con el siniestro fantasma de la enfermedad mental sobrevolando constantemente sobre los personajes: ¿estoy loco? ¿están locos mis hermanos? ¿qué pasa si me admito a mí mismo que veo cosas?


La profunda angustia de Luke y Nell, los dos únicos personajes que no dudan de lo que ven, nos lleva a reflexionar sobre el estigma de la locura. Uno se vuelca a las drogas duras y la otra pasa toda su vida medicada, de terapia en terapia. Ambos son incapaces de despegarse de los traumas de la infancia (motivos no les faltan) y de comunicarse con el resto de la familia, que está en negación. Pero ojo, esto no implica que sólo sean víctimas de los espíritus. Los dos padres experimentan claros signos de desajustes mentales, tanto antes como después de vivir en la casa: migrañas, alucinaciones, paranoia. Podemos pensar quizás que, tanto en el libro como en la serie, el rol de la casa maldita es sacar a la luz lo que ya estaba presente en ellos.


En cuanto al final...sin spoilear nada diré que a mí me gustó. Leí bastantes críticas sobre este punto en particular: al parecer a mucha gente le pareció muy "light", liviano, edulcorado en comparación al resto de la serie. Y un poco sí, es cierto, quizás venía todo muy heavy y hacia el final esa tensión decae. Pero me gusta, creo que es un final acertado en relación a lo que venía sucediendo, y dentro de todo otorga un cierre que si bien no es realmente feliz, es bastante aceptable. Sobre todo, es redondo. No quedan cabos sueltos ni misterios por descubrir, lo cual es refrescante teniendo en cuenta que otras series se estiran interminablemente con tal de seguir exprimiendo su popularidad.


Conclusión: fantástica serie, muy buenos actores, gran guión y desarrollo del drama, sustos inesperados en su justa medida, easter eggs por todos lados, excelente fotografía y manejo de cámara.





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