Reseña de 1984

Para variar un poco y no leerme siempre a mí, hoy les traigo un reseñista (?) invitado, al que conocemos con el tierno nombre de Nyarlotep. En esta ocasión se viene con un clásico de Orwell, autor que tradujo Nosotros del ruso Zamiatin (libro que amaba y del cual tomó muchas ideas) y que escribió esa otra gran historia llamada Rebelión en la Granja (que pronto será llevada nuevamente a la pantalla chica por nuestro querido amigo Andy Serkis, mejor conocido como Gollum).

En fin, sin más preámbulo, acá viene la reseña.


En la actualidad las distopías están en todos lados. Tanto se escribió sobre los futuros terribles donde la humanidad vive oprimida que incluso podríamos decir que ya han pasado de moda. Hasta hace unos años libros como Los Juegos del Hambre, Divergente y Maze Runner estaban en todos lados. Hoy esta tendencia se ha calmado un poco, por suerte, tal vez por la sobresaturación del mercado para este tipo de historias. Pero en esta nota hablaremos de una de las más famosas y antiguas (aunque hay anteriores, como A Brave New World o Un Mundo Feliz de Aldous Huxley escrita más de una década antes) de estas historias. Me refiero a 1984.


Escrita por George Orwell y publicada en 1949, la novela narra un futuro totalitario en el que los protagonistas, miembros de un estado llamado Oceanía (no confundir con el continente real) se encuentran en constante guerra con un poder externo, mientras son controlados por el omnipresente Gran Hermano.

Brevísima sinopsis con spoilers mínimos

La historia de la novela es simple. Sigue la vida de Winston Smith, un trabajador del estado, miembro de la máquina opresora gubernamental que se vuelve consciente de la opresión y falsedad en la que vive y junto al amor que encuentra en Julia, una rebelde del sistema, buscan unirse a la resistencia. Esta está centrada en la imagen de Emmanuel Goldstein, enemigo y traidor del estado, quien escribe El Libro, donde se explican las herramientas de opresión que utiliza el partido Único.

Elementos interesantes creados por Orwell.

Algunos de los elementos descritos en la novela hablan de la ironía de Orwell al crear su mundo y de cómo el gobierno manipula la percepción del pueblo. Nada ilustra esto mejor que el nombre de los ministerios, encargados de las distintas atrocidades descritas en la historia. El Ministerio de la Verdad, donde Winston trabaja, se encarga de manipular la historia y los hechos, reescribiendo el pasado constantemente para que se ajuste a la historia oficial marcada por el partido único. El Ministerio de la Paz es una máquina de guerra y el Ministerio del Amor se encarga de secuestrar y torturar personas para doblegar sus espíritus y hacer que solo puedan amar al Gran Hermano y al estado. También el uso del lenguaje es una herramienta muy importante. El gobierno crea una nueva lengua o Neolengua, que es una versión simplificada del inglés (en su lengua original pero adaptado en traducciones). A través de esta lengua directamente se busca suprimir de la mente de las personas conceptos contrarios a los planes del estado, como las libertades individuales y otros derechos y garantías.


Hay quienes dicen que cuando Orwell escribió la novela, su intención era titularla 1948, ya que él veía en su presente que esta terrible distopía que describe ya se hacía realidad en su tiempo. En esa época varios estados totalitarios se propagaban por Europa y el mundo. Después del nazismo, la Unión Soviética de Stalin y la España de Franco marcaron a Orwell muy fuertemente. Sin dudas 1984 es un reflejo de lo que fue la primera mitad del siglo XX para muchas personas en el mundo y un recuerdo constante de los peligros del totalitarismo para la humanidad.

Espero que hayan disfrutado esta reseña de 1984. Espero poder seguir colaborando con más reseñas de libros y películas para Lectora Inconstante.

¡Saludos!

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