Reseña de 4 x 4

Hola amiguillos del blog! Hoy vengo a comentarles mi impresión sobre la película 4 x 4, producción argentina estrenada recientemente. ¿Qué pueden esperar de ella? Acá se los digo.


Hay un tema con el cine argentino: generalmente es de corte realista, y muchas veces cae en ese cliché de mina-mirando-al-horizonte-pensativa, esas escenas larguísimas de gente monologando y siendo introspectiva que, con toda honestidad, son un embole. Cada tanto surge alguna que otra propuesta  de acción, o de terror, o fantasía, pero no son la regla. En este caso tenemos una bien de cine yanqui: un ladrón se queda atrapado en una camioneta y su vida corre peligro si no logra escapar. ¿Les hace acordar a Enlace Mortal o a Sepultado? Sí, a mi también. Pero fue suficiente para convencerme de ir a verla. Voy a contarles de qué va, pero no se preocupen: todo lo que voy a comentar está en el trailer, salvo los spoilers que están debidamente señalizados al final.

Bien. Casi toda la presión recae sobre Peter Lanzani, que interpreta a Ciro, el ladrón. La película no da muchas vueltas e inicia con él haciendo palanca y metiéndose en una 4 x 4 ajena. Al parecer no tiene grandes aspiraciones porque ni siquiera intenta llevársela, simplemente se roba el estéreo, le mea el asiento trasero e intenta irse. Ahí aparece el problema: no puede volver a abrir la puerta. Intenta patearla, golpearla, pero nada funciona. 


Obviamente al principio se encuentra en una disyuntiva. Si pide ayuda lo van a llevar preso, si no la pide sigue encerrado. Esto se resuelve rápidamente cuando entiende que pedir ayuda le es imposible: la camioneta está totalmente blindada (ok, hay que suspender un poquito el criterio de incredulidad), polarizada (incluso el parabrisas...ídem a lo anterior), insonorizada y encima no se mueve por más que chille y patalee. La situación se pone peor cuando se lastima a sí mismo intentando salir, y entonces comienza a desesperarse: la herida comienza a infectarse, no tiene agua, ni comida, ni batería en el teléfono. Su única compañía es un grillo que por azar quedó ahí adentro. 


Acá es donde la cosa se pone interesante. Un hombre desconocido comienza a llamarlo a través del teléfono del auto y le dice que va a castigarlo por robar. Así comienza a torturarlo física y psicológicamente: le sube y le baja la temperatura del auto de forma brusca, se burla de su situación, lo obliga a identificarse para poder buscar sus antecedentes, su dirección y su familia... en fin, trata de enloquecerlo. El desafío actoral de Lanzani es bastante duro, porque está casi todo el tiempo él solo en un espacio reducido. Y sale airoso, eh. Me creo su desesperación, su ira y su desánimo.


Me pareció muy acertado que exploraran todo lo que uno puede hacer en una situación tan horrible, porque de alguna manera hay que rebuscársela para que el espectador no se aburra. Hay diálogos entre el pibe y el grillo, observaciones filosóficas sobre la propiedad privada, sacrificios en pos de la supervivencia, rutinas, ejercicios para pasar el tiempo. Hasta este punto, que es más o menos la primera hora de la película, me gustó mucho. ¿Adivinan qué viene ahora?


Todo comienza a decaer cuando aparece el antagonista, ya no a través del teléfono, sino en carne y hueso. De por sí la elección de Dady Brieva no me encanta, porque si bien a un nivel visual el look villanesco está logrado, su voz no me resulta para nada amenazadora y la tengo tan asociada a otro género que no me lo creo como el malo maloso. Por otro lado, su motivación es floja, muy floja. Básicamente dice que lo robaron 28 veces a lo largo de su vida, y que su hija y su nieto se fueron a vivir a otro país después de sufrir un robo a mano armada en su propia casa y que, como tiene cáncer y no le queda mucho tiempo de vida, ha decidido hacer justicia por mano propia con un ladrón random.


Si hubiera dicho que a la hija le entraron a la casa, la violaron y la mataron a ella y el nieto (o alguna cosa igualmente brutal) hubiera tenido algo de sentido. No digo que justificaría esa represalia al azar, pero entendería de dónde viene esa ira. Sin embargo, la motivación del tipo me parece muy pobre. Igual, lo realmente malo de esta película llega de la mano de Luis Brandoni, actor talentoso pero totalmente desperdiciado en esta ocasión. Cuando Enrique (interpretado por Brieva) toma de rehén a Ciro y la gente que lo rodea lo anima para que lo mate al grito de "Un negro de mierda menos", aparece la policía y decide llamar a un ex negociador, ya retirado. Supuestamente es EL negociador, pero su intento de convencer al secuestrador es pésimo: "Dejalo, el pibe ya aprendió", "Dale, cuando esto termine te invito a tomar unas cervezas a casa".

Si se están imaginando algo como esto, están en lo correcto.
En conclusión, la película es decente, Lanzani está muy bien, pero el guión flojea tremendamente al final y los personajes de Brieva y Brandoni están mal armados. Una lástima, porque contaban con excelentes actores. Es raro encontrar este tipo de propuestas dentro del cine argentino, y creo que podría haber sido mucho mejor si le hubieran puesto más onda al último acto.




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