Reseña de El Camino

El Camino es una película, pero funciona como "el episodio perdido" de Breaking Bad, retomando justo donde la serie termina. Como muchos de ustedes sabrán, Breaking Bad tiene uno de los mejores finales de la historia de la televisión: los conflictos se resuelven teniendo en cuenta todos los elementos previamente conocidos por los televidentes, las acciones tomadas por los personajes tienen sentido en relación a sus actitudes previas y la suerte de su protagonista queda sellada en el último momento: nada de dudas ni falsas muertes ni sorpresas sacadas de la galera por el puro placer de shockear a los fans, como otros (cofcofGameOfThronescofcof).

Entonces, cabía preguntarse ¿de que nos serviría una película? ¿No es peligroso añadir cosas a ese final que ya es perfecto y tiene la aceptación de la audiencia?

Y... un poco sí. Pero nos gustó tanto que estamos dispuestos a arriesgarnos.

El Camino es la historia de Jesse, el único "cabo suelto", por así decirlo, y así comienza.

(Ojo, esta breve reseña cuenta con spoilers. Lean bajo su propio riesgo).


Sin dudas el recurso narrativo más usado en El Camino es el del flashback. En el principio tenemos uno con Mike que, como el personaje, es directo y conciso, y que marcará el principal objetivo de Jesse: llegar a Alaska, cortar con su pasado, empezar una vida nueva. Pero para llegar hasta ahí deberá pasar un sinfín de pruebas difíciles, un poco como el Camino del Héroe, pero más vapuleado por la vida. 


Como arranca justo donde lo habíamos dejado, tenemos que verlo sortear un montón de complicaciones, empezando por huir de la policía y llegar a un lugar seguro. Ahí entran en escena sus amigos, siempre tan estúpidos con leales: Badger y Skinny Pete. En particular toda esta parte me resultó muy conmovedora porque Jesse es un personaje re sufrido: sus padres se desentendieron de él, sus últimas dos novias murieron de forma violenta y su máxima figura paterna resultó ser un monstruo manipulador...que casualmente también está muerto. En medio de todas esas relaciones fallidas, es agradable ver que todavía tiene gente que lo quiere y está dispuesta a arriesgarse para que tenga aunque sea una oportunidad. 


En general diría que la primera mitad de la película es mejor que la segunda por el siguiente motivo: en la primera mitad está Todd, uno de los mejores villanos en una serie que siempre se acaracterizó por sus excelentes antagonistas. Todd es un personaje que sin dudas es tremendamente odiable pero que funciona de maravilla para mantener la tensión. Es tan perverso, retorcido y siniestro que no sé ustedes, pero yo estuve temiendo todo el tiempo que violara a Jesse. Toda esa falsa amabilidad e insistencia para llevarlo a su casa me pusieron los pelos de punta. Su participación se siente orgánica, tiene un sentido específico dentro de la trama y cumple perfectamente con la función que se le asigna. Lamentablemente cuando deja de aparecer se pierde un poco de magia. 


Tensión sigue habiendo, sí, pero ya hay que suspender un tanto más los criterios de incredulidad y dejarse llevar por la historia, aunque en ocasiones sea demasiado conveniente para la trama (por ejemplo: no deberíamos cuestionar que cinco tipos armados, en amplia superioridad numérica, terminen proponiendo/aceptando un duelo a todo o nada con un pobre infeliz todo mocho y muerto de hambre). Sin embargo eso no la hace menos disfrutable, y no les voy a negar que fue muy placentero ver cómo se cargaba a esos hijos de puta.

La aparición que menos cumplió con mis expectativas fue, inesperadamente, la de Walter. Se sintió forzada, como si se hubieran olvidado darle un lugar y al final la hubiesen encajado en donde sobraba un poco de tiempo. No resulta particularmente significativa, y la verdad por más que me duela admitirlo, para tener una escena tan meh casi habría sido mejor que no estuviera. Después de todo, es la historia de Jesse y, la verdad, él solo puede cargar perfectamente con el peso de la peli sobre sus espaldas. Por el contrario, me pareció un lindo detalle final que la historia cerrara con un flashback de Jane, que en ese sentido funciona un poco como el de Mike, es decir, se relaciona con esa nueva vida que Jesse anhela y que tanto le ha costado. 


Después, si quisiera ponerme en hinchapelotas podría señalar que deberían hacer invertido un poco en "rejuvenecer" a los actores para los flashbacks porque en algunos casos se nota mucho el paso del tiempo (sobre todo en Todd, que parecía haberse comido al tío Jack y a toda su banda), o que me decepcionó que no hubiera ni un fugaz recuerdo con Saul o Hank, pero esas son nimiedades. En conclusión, podría decirse que El Camino no era algo que necesitara desesperadamente en mi vida pues la resolución original es inmejorable, pero fue agradable ver un poquito más de esos personajes a los que tanto afecto les guardo, y no viene mal recordar por qué me gusta tanto esta serie.


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