Reseña de Marianne

Lo sé: las películas y series francesas a veces tienen la inmerecida fama de ser un poco aburridas o lentas, incluir al menos una o dos escenas en donde los protagonistas miran por la ventana introspectivamente y ser, en general, un embole.

No es el caso de Marianne


Básicamente la historia es esta: la famosa escritora Emma Larsimon, creadora de la saga que enfrenta a Marianne, una bruja demoníaca, y a Lizzie Lark, la heroína que pasa su vida tratando de destruirla, ha decidido dedicarse a otra cosa. A pesar de haber ganado fama y fortuna con sus best sellers, ella quiere cerrar ese capítulo de su vida y escribir "novelas de verdad", algo más "serio", más respetado por la crítica. El problema es que Marianne no es un mero producto de su imaginación: es real y está furiosa,

Una visita inesperada, un recuerdo de su juventud y un horroroso suicido público la llevará de vuelta al pueblo de su niñez, que no visitaba desde hacía años. Habiendo perdido contacto con sus padres, sus amigos y la comunidad entera, esta vuelta no será fácil, especialmente porque hizo algo (que por supuesto irá develándose con el correr de los episodios) tan terrible que todos la esquivan y nadie la quiere ver.

Si bien la propuesta no es del todo original (¿qué lo es, realmente?) la ejecución es lo suficientemente buena como para engancharnos. Por un lado tenemos una protagonista que es, sin dudas, desagradable y mala persona, lo cual me resulta tremendamente refrescante. Es cierto que con el correr del tiempo esto de alguna manera se termina "justificando", pero la verdad está bueno encontrarse con un personaje principal que no es bondadoso, perfecto, puro y aburrido. 

Tiene muchos jump scares, eso lo admito, pero al menos para mí funcionan. Los dos primeros episodios son particularmente aterradores al crear escenarios en donde uno cree que está finalmente a salvo con sus seres queridos y luego ¡zaz! bruja maldita por todos lados. Eso se equilibra un poco con el humor de la serie, que siempre está presente y aliviana la tensión perpetua que sufre Emma.


Esto viene de la mano de los amigos de la infancia, uno de los puntos fuertes de la historia. La amistad toma un lugar central en la serie como aquello a lo que uno puede aferrarse siempre, incluso más que a la propia familia de sangre, y en ese sentido (...y en otros también, para qué negarlo) tiene un fuerte aire a Stephen King. Y no lo digo yo sola eh, lo dice él también. 

Teniendo en cuenta que Stranger Things es un gran mash up de King, podemos afirmar con seguridad que esta serie le debe BOCHA al Maestro, empezando con una escritora perseguida por su "creación" literaria y siguiendo por...bueno, todo lo demás. 
Una de las mejores cosas de esta serie es Mireille Herbstmeyer, la actriz que interpreta a Marianne durante los primeros episodios. Esa mujer es absolutamente aterradora, y su interpretación es sólida, convincente. Lo malo es que cuando la bruja abandona su cuerpo deja de aparecer y el personaje ya no resulta TAN creíble como antes (te asustás igual, pero extrañando a la versión anterior). 


Por el contrario, una de las peores cosas de esta serie viene de la mano del guión, y es la absoluta falta de consecuencias realistas en relación a las acciones de los personajes. Por ejemplo: ¿desaparece un bebé recién nacido del hospital local y en su lugar dejan un amuleto hecho de piel humana? Bah, cosas que pasan, no es como si alguien fuera a llamar a la policía, el FBI, los medios de comunicación y docenas de abogados...De la misma manera, si un representante de la ley se pega un corchazo en un lugar abandonado en medio de una serie de sucesos extraños que están enloqueciendo al pueblo...no pasa nada, no hay interrogatorios, ni investigación...de hecho, ¿realmente sucedió si nadie hace la denuncia? O si alguien muere/desaparece en medio de un ritual...


En fin...esas cosas pasan todo el tiempo y es de lo más irritante que no se problematicen ni un poco. Buuuu, guionistas, buuuuu.


Sin embargo la historia en sí sigue siendo buena, y el misterio se devela de forma orgánica, de a fragmentos, manteniendo el interés del espectador hasta el final. Y ya que hablamos del final, debo decir que el último episodio no sólo es emocionante sino que también es bello, tanto en la fotografía como en la elección de la banda sonora y en la resolución del conflicto. 


Bueno, esto último no es tan así. Personalmente hubiera estado mucho más satisfecha si terminara 15 minutos antes, cerrando la historia de forma definitiva. Sin spoilearles nada, el final real sugiere una ambigüedad que en el mejor de los casos cae en un cliché muy usado, y en el peor deja abierta la posibilidad de una segunda temporada, cosa que encuentro totalmente innecesaria.

GRAN momento de la serie.
En fin, más allá de los problemas que tiene Marianne, se re disfruta y se ve de un tirón. Eso sí, no quiero decirles cómo vivir sus vidas pero quiero que sepan que si la vieron doblada los compadezco mucho, porque es un doblaje horroroso y el francés suena tan bonito que es realmente una pena que se lo pierdan porque les da paja leer los subtítulos. 





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